El PP de Galicia no descansa. Ayer volvió a atacar con dureza al presidente (socialista) Emilio Pérez Touriño por los, según aquel, desaforados gastos en el coche oficial (480.000 euros) y arreglos del despacho (casi dos millones de euros). Su número uno, Alberto Núñez Feijoo, se mostró convencido de que «Galicia entera tiene derecho a saber dónde se emplea el dinero público de todos los gallegos». Añadió que la mayoría de los concellos disponen de un presupuesto inferior al millón de euros, «la mitad de lo que la Xunta se gastó en las dependencias de Touriño», argumentó. «Tenemos derecho a saber si dos millones y pico de euros que se emplean en las dependencias de Presidencia de la Xunta son un gasto razonable o no, y tenemos derecho a saber si un gasto de medio millón en un coche fantástico para el presidente de la Xunta es razonable o no», concluyó.
Hasta aquí resulta difícil encontrar a alguien que levante la mano y niegue y se oponga a lo dicho por Alberto Núñez Feijoo. El problema radica en que el líder de los populares fue, durante parte del gobierno conservador encabezado por Manuel Fraga, conselleiro y vicepresidente. Y el PP, en aquellos años de poder omnímodo y absoluto, se caracterizó por la opacidad absoluta del gasto, por el despilfarro ante una oposición paralizada (encabezada por Pérez Touriño) y por haber hecho de las cuentas públicas un coto privado. Más, mucho más que lo gastado ahora por el mandatario socialista, gastó el Partido Popular. Así que este ya tiró, con buen tino, la piedra sin esconder la mano. Pero ahora que se calle, porque resulta dudoso que el zorro sea el mejor guardián de las gallinas.
PD/ ¿Se ha quedado sin asesores Touriño? ¿No hay ninguno con sentido común que le diga que cierre la boca y que no suelte las banalidades vacuas de ayer que demuestran una vulgaridad y falta de liderazgo insólitos en una persona como él, que a este paso acabará hablando de una conspiración? Porque si es eso todo lo que tiene que decir, apaga y vámonos.
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